En medio de gritos de emoción, música en vivo y un público lleno de algarabía, inició ayer la tradicional la corrida de toros de El Seibo.
Aunque la lluvia retrasó el inicio, pautado para las 4:00 de la tarde, el espectáculo arrancó a las 5:20 con un estadio completamente lleno, donde predominaban los jóvenes.
El evento, que forma parte de las fiestas patronales en honor a la Santísima Cruz, es organizado por la Hermandad de Fervorosos de la Santa Cruz y se desarrolla durante toda una semana con una corrida distinta cada día.
Se torean seis ejemplares diarios, prestados por la Central Romana Corporation, sin que se les dé muerte ni maltrato.
Los toreros
Los jóvenes toreros vestían trajes similares al tradicional "traje de luces" o de torear en España. Llevaban chaquetas cortas con ribetes, camisas blancas, corbatas, pantalones ajustados (taleguilla), una gorrilla negra en la cabeza, y la característica "muleta", tela roja para guiar al toro durante el enfrentamiento.
"En El Seibo dicen ¡oleeee!", gritaban los presentes, mientras los toreros ejecutaban sus movimientos frente a los toros de potrero, dejados en el ruedo durante cinco minutos por tanda.
El veterano Julio César Hernández, con 45 años y participando las corridas desde 1998, expresó que lo que más le apasiona es mantener viva la costumbre, única en el país.
- "Le doy práctica a los muchachos, los estoy preparando para que esto no se pierda", manifestó.
Para Julio, se necesita "adrenalina, valor y mucho deseo" para estar en la arena.
Asimismo, Wilson García Hernández, quien lleva cuatro años como torero oficial, confesó que no le teme al peligro.
"Me gustan y me encantan los toros, me crié viéndolos", declaró. Y a pesar de que hoy uno de los toros lo embistió y hasta rompió su vestimenta, afirma que "no tiene miedo".
Rubén Castro, uno de los más joven del grupo, recordó que desde niño iba a ver las corridas.
"Me inspiré en eso y desde los 17 años quise ser torero. Hoy ya tengo tres años en esto y lo disfruto al máximo", dijo.
Un incidente
Aunque el evento transcurrió sin mayores incidentes, durante la segunda corrida un joven autorizado para entrar a la zona fue herido por un toro y trasladado de inmediato a un centro médico.
- La Defensa Civil y unidades de emergencia se mantuvieron alertas durante toda la actividad.
En cada cambio de toro, la orquesta de la Policía Nacional animaba con música típica, para propiciar el ambiente festivo.
Como es tradición, con el sexto toro se permite la entrada al ruedo de jóvenes del público que deseen vivir la experiencia junto a los toreros oficiales, bajo supervisión.
Única corrida del Caribe
Luis Graveley, miembro de la Hermandad organizadora, destacó que esta es la única corrida del Caribe y en la cual no se sacrifica al animal.
"Cuando el toro se cansa, se le enlaza y se retira. No vuelve a ser toreado hasta el año siguiente", explicó.
Además, anunció que para octubre se espera que esté lista una nueva plaza de toros construida con apoyo del Ministerio de Turismo.
"Esperamos que este sea el último año en esta barrera improvisada. El próximo mayo ya estaremos en nuestra nueva plaza, con más condiciones y seguridad, si Dios lo permite", sostuvo.
El evento, que cada año convoca a una asistencia masiva y atrae a turistas nacionales y extranjeros, cuenta con el respaldo de la Iglesia católica, autoridades locales, patrocinadores y diversas instituciones.
- Las corridas continuarán hasta el domingo 11 de mayo.